El abogado asesora y defiende tanto a las víctimas como a los presuntos autores de delitos y faltas (homicidio, robo con violencia, estafa, falsificación, lesiones, tráfico de drogas, receptación, organización criminal, rebelión, fraude informático, incendio, blanqueo de capitales, corrupción, tortura, conducción bajo los efectos del alcohol, atropello, secuestro, etc.).
Su jornada no sólo está llena de grandes alegatos, sino que regularmente tiene que intervenir de urgencia para localizar al detenido, visitarlo, presentarle la vida en prisión y tranquilizar a su familia.